Este modelo nació de la alianza entre Nokia y Microsoft en el año 2011 para hacer frente a Apple y a Google que poco a poco iban conquistando el mercado. A todo esto se le sumó la competencia de los nuevos teléfonos inteligentes chinos que a igualdad de precio ofrecían mejores prestaciones.
Integrando Windows a esta serie de terminales Nokia que luego pasarían a denominarse Microsoft se pretendía ofrecer una mayor experiencia al usuario final.
En mi opinión Nokia no se adaptó a las pantallas táctiles con la misma soltura a la que nos tenía acostumbrados con la innovación de sus terminales Symbian. No quiso o no supo evolucionar en la dirección correcta que demandaba el mercado de los smartphones (Android), siendo superada rápidamente por otras marcas que hasta la fecha habían sobrevivido bajo la larga sombra que Nokia había proyectado en el mundo de la telefonía.
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